Comunicador: Alberto Izquierdo Fernández
Autores:
Alberto Izquierdo Fernández, José Carlos Díaz Miñarro, Rocío Carpintero Lluch, Fernando Muñoz Reyes, Francisco Muñoz Luna

Código: ebbed7af
Tipo: PÓSTER – Categoría: HOMBRO – Subcategoría: FRACTURA

Introducción
La fractura del cuello anatómico de húmero a menudo se asocia con luxación glenohumeral. Una de las principales consecuencias de esta lesión es la necrosis avascular. Estas lesiones a menudo pasan inadvertidas en la evaluación inicial. Existen muy pocos casos en la literatura acerca del tratamiento artroscópico de esta lesión. Presentamos un caso clínico de luxación glenohumeral posterior con fractura de cuello anatómico reducida artroscópicamente y tratada con fijación interna percutánea.

Material y Métodos
Paciente varón, de 24 años que acude a urgencias 24 horas después de sufrir caída fortuita con monopatín. Presenta dolor e impotencia funcional en hombro derecho. Tras la evaluación radiográfica se diagnostica de fractura de húmero proximal y se remite a consultas externas previa solicitud de tomografía computerizada. En consultas es diagnosticado de luxación glenohumeral posterior con fractura de cuello anatómico. Es intervenido a los 16 días del accidente. Pese al tiempo transcurrido, se intenta la reducción cerrada bajo control artroscópico siendo ésta satisfactoria. Posteriormente se estabilizó la fractura de forma percutánea con dos tornillos canulados de 4 mm.

Resultados
Tras un periodo de inmovilización de 14 días, se indicaron ejercicios pendulares, pasivo - asistidos de hombro y el paciente fue derivado a rehabilitación para completar tratamiento por su parte.
Transcurridos 4 meses tras la intervención, el paciente obtuvo una puntuación de 89 en el test de Constant, faltando los últimos grados de flexión.
Hasta el momento, no ha tenido nuevos episodios de luxación y no se evidencian signos de necrosis avascular en los controles radiográficos realizados.

Conclusión
La reducción artroscópica permite preservar las partes blandas y, de este modo, la vascularización de la cabeza humeral minimizando el riesgo de necrosis avascular. Es posible lograr una reducción cerrada incluso cuando el tratamiento quirúrgico sea diferido por el retraso diagnóstico.