Comunicación: Oral | Tema: Hombro | Categoría: Fracturas

Autor: Alberto Rodríguez González
Coautores:  Yaiza Lópiz; Carlos García Fernández; Fernando Marco

Introducción
Las fracturas periprotésicas de húmero en pacientes con artroplastia invertida de hombro (AIH) son poco frecuentes y difíciles de tratar, sin embargo con la creciente tendencia a emplear este tipo de implante es esperable un aumento en su incidencia.
Estudio descriptivo de la serie de casos de fracturas periprotésicas sobre artroplastia invertida de hombro tratadas en nuestro centro, analizando alternativas terapéuticas desarrollas, frecuencia y factores de riesgo, así como el resultado funcional de las mismas.

Métodos
Entre enero de 2008 y diciembre de 2012 se han registrado 7 casos de fracturas periprotésicas en nuestro centro. Todos los pacientes tuvieron un seguimiento mínimo de dos años. Se determinó el resultado funcional mediante la escala Constant-Murley y analizaron parámetros demográficos y factores quirúrgicos: edad, sexo, tiempo hasta diagnostico, riesgo quirúrgico (ASA), comorbilidad (índice Deyo-Charlson), tipo de implante (vástago largo vs corto), tipo de fijación del implante (cementado o no), otros gestos quirúrgicos asociados (osteotomía humeral, retirada cemento, excesivo fresado, etc).

Resultados:
La serie consta de 187 artroplastias invertidas de hombro, el 8,5% de las mismas correspondían a cirugías de revisión. Se han diagnosticado 7 fracturas periprotesicas,  con una edad media de 79 años (rango 69-87).  El motivo de implantación de la artroplastia invertida fue en cuatro casos (57%) cirugía de revisión de hemiartroplastia, 2 casos fractura de humero proximal y un caso de rotura masiva de manguito rotador.
Se registraron 3 fracturas intraoperatorias (1 fractura de diáfisis humeral, 1 fractura de troquíter y 1 fractura metafisaria) y 4 fracturas postquirúrgicas (todas de localización diafisaria). Los siete pacientes fueron mujeres. La presencia de un elevado índice de Deyo-Charlson se asoció de manera estadísticamente significativa a un mayor riesgo de fractura periprotésica humeral. El valor Constant postquirúrgico ajustado medio fue de 58,6% (32%-92%).
En todos los casos de fractura postquirúrgica se comprobó la estabilidad del implante, no siendo necesario realizar ningún acto quirúrgico en 2 casos; requiriendo los otros 2 casos de osteosíntesis con placas angulares y/o cerclaje. En los pacientes con fractura intraoperatoria tan sólo en uno de los casos se cambió el implante inicialmente elegido (vástago corto) por otro (vástago largo). En 4 de los casos se observó un procedimiento quirúrgico susceptible de predisponer a este tipo de fracturas ( retirada de cemento previo, osteotomía…).  Se diagnosticaron 3 lesiones del nervio radial. Todas las fracturas consolidaron en un plazo medio de 6,5 meses (rango de 2,5-14,2). Ninguno de nuestros paciente requirió reintervención.

Conclusiones
El riesgo de fractura periprotésica sobre artroplastia invertida de hombro en nuestro centro es bajo. Las mujeres tienen un riesgo significativamente mayor de padecerlas. El diagnostico subyacente (especialmente la cirugía de revisión), el tipo de implante (vástago largo) y la comorbilidad asociada son factores predisponentes. El tratamiento de las mismas obtiene unos resultados aceptables y con escasas complicaciones.